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Suenan los acordes intrínseco-musicales de la banda sonora (30 segundos, los actores entran en escena) (baja el telón) (la obra comienza) …

Entonces lo vi con mis manos. Sus dedos no eran míos. Sus falanges no hacían más presión entre mis nudillos. Conté los pasos que nos separaban. O insistía que estábamos en el mismo escenario. Creí que así era. Diferentes musicales. Distintas dimensiones. 

Actor 1. Recita el poema escrito con recortes de revistas.

Actor 2. Traduce las imágenes.

Actor 1. Extravía el lenguaje entre el público.

Público. Interpretan las líneas y los gestos aprendidos durante el ensayo.

Público. Beben amnesia de los vasos rojos de cristal templado.

Público. Extravían los zapatos. Intercambian las pupilas. Cantan a pulmón la canción del eco.

Sentí escalofríos al verte atravesar las cuevas. Por qué. No estaba seguro del camino que tomarías, quería esperarte en la salida correcta, ir hacia ti, darte un abrazo, sentir el olor de tu alma neutra, carnosa, particular. No hay salida correcta. Lo noté de inmediato, la esencia de cada abertura era la de ser entrada, es su designio y su obra. No me esperes, tú lo has dicho, no hay esencia de salida en ninguna de ellas, son lo que son, lo que aparenta, lo que el volcán describió que fueran. Hazme otra pregunta. No he hecho ninguna, al menos no en signo. Continuamos con el baile. La música trascendió hace algunos años, por el bien del paisaje y de nuestras historias, no la invoques de nuevo. Merecemos una despedida. La despedida ya ha ocurrido. Merecemos una despedida…

Entra el director de obra en escena. Lleva entre sus manos, una antigua canasta robada del museo más cercano. La pasa entre el público. Recolecta frases. Los actores se han quedado sin diálogo. 

Le conté a O sobre ti. Dudo que crea que al menos exista, lo has visto leer el tarot, lo hace de manera pésima, no podría distinguir una predicción de una profecía. Es porque lee el pasado, no el futuro, poco le importa lo que el porvenir tenga que ofrecer, encuentra sosiego en lo que ya ha trascurrido. Excusas de un mal tarotista que solo busca innovar, vicios cualquieras de nuestra época, rebanan la realidad a su antojo y luego no saben cómo digerirla. Apenas ayer éramos tan jóvenes. Dile a O que lea tu juventud caduca, consulta a tu especialista en nostalgia. No lo llames de esa manera. No hay otra manera de llamarlo.

Escena 2. Acto 1497

Actor 1. Arranca una a una las canas que han germinado en las cabras.

Cabras. Aúllan desesperadas porque pronto quedarán desnudas, irreconocibles, reencarnadas.

Actor 2. Incita al público a arrojar las corbatas que han robado de las oficinas esta mañana. 

Director de escena. Muele piedras para generar el polvo que caerá esta noche sobre los meteoritos.

Vestuarista. Lamenta que cada hilo haya sucumbido al fuego de la luna.

Actor 1. Lame la oreja izquierda de cada cabra.

Es claro que mentíamos. Es claro que mentíamos. Es claro que no leíamos los mismos libros. Es claro que arranqué la tercera hoja de cada volumen que hay en tu biblioteca. Es claro que creaste un nuevo libro con cada una de esas hojas. Grita mi nombre, como aquella luna llena donde rogabas que regresara. Invocarte. Manifestarme. Sacrificarte. Suicidarme.

Actor 1.

Actor2.

Público.

Cabras.

Director de escena. Entra a la iglesia, descuelga al cristo sin quitarle los clavos.

Guionista. Transcribe con su propia letra la obra que ha plagiado.

Vestuarista. Continua con su lamento.

Damas, caballeros… lamentamos la interrupción en la señal teatral de esta noche, tristemente los actores han quedado en pausa. Aquí nadie está en pausa, solo decidimos eliminar el movimiento de nuestros cuerpos. Damas, caballeros… Dile a O que apague la luz, quiero continuar durmiendo. Dile a O que tengo miedo de que amanezca. Dile a O que proteja a las cloacas. Dile a O que la fobia ha llegado. 

Público. Aplauden frenéticos cuando el funeral concluye.